El Mensajero Supremo de Dios Ser un buen Cristiano

Como buen Cristiano Catlico que soy, les entrego un estudio de los cuatro evangelios que lleve al anlisis ms profundo pero respetuoso del peregrinaje y prdica de Jesucristo para entender el significado de sus palabras, de sus ordenanzas, cuando reafirma la palabra de Dios en los mandamientos y en el contenido de la Biblia.La claridad del evangelio de Mateo me lleva a la conclusin de que el hijo de Dios fue ms all del tiempo en que vivi como hijo del hombre, fue y acepto ser un mensajero de amor de su padre para entregarnos personalmente las exigencias de quien es nuestro creador, como ltima instancia para advertirnos de que por el estamos aqu, y que por decisin de l algn da vamos a morir.Cuando escrib a travs de 12 meses esta obra, tome el camino del conocimiento, de la reflexin y del anlisis, caminando mentalmente muy cerca de Jesucristo en el nuevo testamento para entender el sentido de sus palabras cuando predicaba, cuando transmita, no solo la voz de su padre, Dios, sino sus propias conclusiones al haber vivido como hijo del hombre, sealando el cambio de comportamientos humanos que nos llevaran a la paz espiritual, sus ordenanzas sumadas a los mandamientos que recibi Moiss de Dios, forman la base moral de una humanidad creada en semejanza a la obra infinitaTodos somos objeto de la creacin de Dios como hijos del hombre, nos enva mensajes para advertirnos o para rectificar nuestros actos, pero sobre todo espera que podamos corresponderle por habernos trado a este mundo al entender su existencia, su podero y su misterio cuando crea este universo de tantos otros seguramente.Esta es la sntesis de la interpretacin de un mensaje divino que cada uno debe comprender y hacerlo suyo, tanto en su contenido como en su trascendencia, sobre todo entendiendo que algn da, como todos lo aseguramos, dejaremos de ser, y al hacerlo, podamos tener en nuestra sensibilidad la construccin de una obra personal y nica, un sentido de la vida feliz y plena por haber existido, justificando nuestro nacimiento, sin temor y si por amor a ese misterio de la creacin que an no terminan de aceptar muchos que buscan la respuesta de nuestro origen.